23.03.24
Pato Pekinés: Historia, origen y datos curiosos
El Pato laqueado a la pekinesa o shaoyazi, como fue originalmente llamado, tiene sus raíces en la cocina imperial china más precisamente en la región de la capital china de Pekín, tal como indica su nombre. Esta delicia se ha convertido en un símbolo de la alta cocina china, apreciada tanto a nivel local como internacional.
La historia se remonta a la antigua China, en la dinastía Yuan donde el peking duck era un plato reservado para la realeza. Desde el siglo XVIII este plato se separó de la clase alta donde empezó a reconocerse como “el primer plato bajo el cielo” hasta convertirse en un símbolo nacional de toda China en el siglo XX. Además este plato llegó a estar involucrado en la política internacional cuando en 1971, en plena Guerra Fría, el secretario de estado de los Estados Unidos, Henry Kissinger, durante su primera visita secreta en suelo chino quedó maravillado con el pato pekinés y sentó las bases para la posterior visita del presidente Nixon al año siguiente.
A lo largo del tiempo, esta exquisitez ha evolucionado para deleitar a los comensales con su combinación única de texturas y sabores. Cada bocado es una explosion de sabores, comenzando por la piel crujiente del pato que se complementa con la jugosidad de la carne, creando un equilibrio perfecto de sabores que te van a hacer entender porque este plato era reservado para el Emperador y la aristocracia china.
Inspirados en el clásico pato laqueado al estilo pequinés, estos creps están rellenos de suculento pato, pepinos frescos, puerro crujiente y se acompañan con una salsa especial que realza la experiencia culinaria.
Cada bocado de nuestros Creps de Pato Pekin es una experiencia de lujo y sofisticación. La combinación de la carne jugosa de pato, los pepinos refrescantes, el puerro crujiente y la salsa especial crea una sinfonía de sabores y texturas que estimulan los sentidos.
Lo que hace especial al Peking Duck de Asian House es el arte de asar el pato a la perfección. La piel crujiente y la carne jugosa son el resultado de técnicas tradicionales y la dedicación a la autenticidad siempre respetando el gran legado de la cocina imperial.
La elección de presentarlo en forma de creps añade una capa adicional de textura y sabor, haciendo una reversión de este clásico milenario. Al preparar este plato, se sigue la tradición de asar lentamente el pato para garantizar su jugosidad y sabor. La combinación de ingredientes frescos y la presentación en creps distingue este plato, ofreciendo una experiencia única y deliciosa.